sábado, 16 de febrero de 2008

Desde el borde, todo es distinto. Yo…el otro.

O de las preocupaciones de un sujeto alienado, y sobre algunas formas de caminar por el borde sin caer en el abismo.

He comenzado a reflexionar, casi inconscientemente, sobre algunas cosas, cosas con las que hasta hace algún tiempo atrás jamás me había enfrentado…enfrentado, si esa es la palabra correcta, es como si se pusieran frente a mí, tratando de hacerse visibles, de llamar mi atención. A ratos las olvido y me sumerjo en cuestiones más bien de tipo práctico, propias del ajetreo diario, pero hay ciertos momentos en los cuales pareciera caer en una profunda quebrada, ¿tal vez esto que me ocurre no sea algo tan particular?, ¿tal vez sea algo más común de lo que parece?… pero, ¿ y si no lo fuera?
Pareciera no importarle a nadie más que a mí, espero equivocarme. Hay momentos en los que miro a mi alrededor y sólo veo rostros que, a pesar de haberlos visto por largo tiempo, me son tan ajenos, tan distantes, tan extraños…creo conocerlos, más de una vez he sido sorprendido en esta acción, observando a mi alrededor y mi mirada se ha cruzado con otra, me sonríe, preguntando alertada seguramente por mi expresión de desconcierto, respondo con una sonrisa, casi nerviosa.
En un par de ocasiones, alguien se me ha acercado y tratado de interrogarme, mis respuestas: una serie de evasivas, me incorporo raudamente y comienzo a repetir la misma rutina evitando mis propias inquietudes, la mayoría de las veces, cuando me encuentro así, pareciera ser invisible, esos momentos son asombrosos, es como si por un instante pudiera comprenderlo todo, sonrío y vuelvo a lo que ocurre en la sala, creo haber estado largo rato en aquel estado, la verdad, sólo han sido un par de segundos.
Cuando me reintegro, ansiosamente miro a mi alrededor, tratando de captar si alguien logró percibir lo que sé de antemano, fue imperceptible.
Es todo tan complejo, y la rutina pareciera ser cómplice de esa complejidad, amparándola con un velo tan tenue, no sé realmente si me atrevo a develar todo aquello, tímidamente me permito descubrir algunas partes, o más bien creo hacerlo, ojalá fuera sólo un mal sueño, ya ni siquiera me atrevo a valorarlo, a veces pienso que tal vez si despierto, todo será más claro, más sencillo… hace algún tiempo todo era tan simple, casi perfecto, a ratos, culpo a mi edad de esto… como si ella me pudiera ser ajena, ¡qué absurdo!. De cualquier forma, siento la imperiosa necesidad de contarlo, ¿pero cómo?, las palabras, el lenguaje, las circunstancias parecieran confabularse y no sólo eso, otras preguntas se despliegan ante mí; impávido: ¿a quién?, ¿con quién contar?, parezco ser el único testigo de mi locura….¿será esto locura?
Los días pasan tan sutílmente, se descuelgan uno tras otro, son sólo imágenes, fotografías de instantes que a veces logro articular con cierto orden, leí en algún texto una descripción así, esquizofrenia, era el nombre de esa patología ¿será este tal vez el nombre más apropiado para definir lo que me ocurre?
Estos cambios de ambiente, de realidades, de actitudes a los que expongo diariamente a cada instante, son tal vez los que me abruman, debo ser tantos a la vez, tantos en uno, la casa, la familia, el colegio, los amigos, los profesores, a veces me alterno, soy y no soy, y en ese juego me confundo. Debería elegir uno y ser ese siempre, pero los cambios me seducen, esa tal vez sea la clave… ¡¡¡ sí!!! , esa parece ser la puerta giratoria, aquella que me hace salir y entrar de mis problemas, pero es acaso posible evitarlos, cada uno de ellos me sumerge en su mundo y en cada uno de ellos llego a sus límites y una vez allí, con una mueca de horror me retraigo, ¿no sé si es asombro o espanto y tal vez lo peor, no sé si quiera o pueda evitarlo?
Pareciera ser que estoy extremando demasiado algo que tan sólo sea un puñado de situaciones pasajeras que me agobian, y que así como surgieron desaparecerán, si no fuera de esa forma, nada tendría sentido, el escepticismo se apoderaría de mí, la duda sembraría en un terreno fértil y quién sabe qué engendro brotaría desde lo más recóndito de mi ser, sin embargo algunos parecen ser inmunes a estos ataques del cuestionamiento, no todos parecen ser terreno productivo.
Evidencias de ello, se atropellan en mi memoria a unas cuantas, recuerdo que no muchos entendieron cuando se mencionó algo devidencias hay miles recuerdo que eso en filosofía, muchos jugaron con la duda, tal vez como una forma de obviarla, de evitarla, y como anticipándose a su incapacidad de responder a ciertas interrogantes, a esa determinación, que me atrevería a definir como genética, que pone al hombre cara a cara con sus limitaciones, al verse acorralado por sus propias reflexiones ¿o fue tal vez en otra asignatura?. Son tantas, y todas tan dispersas, a veces tan inconexas, como verdaderas parcelas, donde sus límites se marcan tan tenuemente, hay días en que sólo parecieran ser una, todo coincide, todo conduce al mismo punto, las relaciones se desdoblan en mi mente, trato de expresarlas, pero de nuevo ahí todo se desvanece, pareciera sólo yo captarlo.
De sopetón, alguien interrumpe mis cavilaciones, no logro escabullirme ante su abordaje, sorprendido, me abro con un par de frases que brotan de mí sin previo aviso, casi como un reflejo, como un acto defensivo, en el cual expreso sólo una parte ínfima de mis inquietudes que se desprenden de mis labios, casi sin esperar una respuesta, como un par de palabras al aire - y pienso - ya nada puede sorprenderme y agrego aún más introspectivamente, tal vez jamás lo entenderías, susurrando
En ese mismo instante, emulando un tono lacónico y resignado, escucho una respuesta coherente a aquello casi incomprensible que había expresado - imposible pensé - levanto la mirada inquieto y veo allí, frente a mí… un espejo.
Tal vez sea una metáfora curiosa, pero revela lo maravilloso del momento, el cual se rompe abruptamente, la hora ha transcurrido raudamente entre cavilaciones y materia, después de un par de palabras e instrucciones comienzan a salir los demás a recreo, sin embargo algunos continuamos juntos, puede ser que allí, en algún momento tenga la oportunidad de exteriorizar todo esto, reflexiono en voz alta, quizás sea posible - me responde quien se había incorporado a mis pensamientos – incluso hasta puede resultar productivo, aunque nada positivo puede surgir de la duda – exclama -¿de verdad crees eso?, probablemente sí, aunque nunca lo había pensado seriamente, a ti también algo parece atormentarte?…¡¡¡atormentarme!!! no; inquietarme tal vez sea la palabra más precisa, ¿qué te inquieta entonces?- no sé realmente si es esto, la verdad me cuesta identificarlo, pero creo que es el futuro, lo que viene, el sentirme en transición, sin saber qué ocurrirá mañana, sin saber si podré enfrentarlo, si viviré para ello, si tiene sentido todo esto, si cuando despierte mañana todo seguirá igual o habrá experimentado algún cambio ajeno a mí, que derrumbe todo el camino recorrido, para qué, para quién, ¡temo no poder ayudarte! - no quiero ayuda, sólo quiero saber si sientes lo mismo - si te dijera, probablemente no me creerías - a esta altura todo podría ser posible.
Es cierto, la incertidumbre rompe con todo, pero acaso algo puede brindarte esa tranquilidad que pareces requerir - eso en cierta forma es lo más paradójico, sé que no, y puedo asegurarte que no es tranquilidad lo que busco, así como también tengo la certeza que una reflexión como ésta no puede resultar vana - quizás sea sólo estrés – puede ser - comienza la clase, el escenario se altera por completo, el aire, lleno de ruidos, conversaciones distantes, murmullos, miradas, sonrisas, preguntas, todo cambia, y me sumerjo en ese ambiente; soy en él, me transmuto, casi en un ejercicio de comunión con mi entorno y sus actores, pasan los segundos, los minutos, parezco ser uno de ellos, me evado, mis reflexiones parecen tan distantes, creo comprender lo que sucede - y pienso - nada es igual, los minutos anteriores y los anteriores a ellos son tan distintos, son las mismas caras, pero todo cambio, es todo tan diverso … lo cotidiano, la rutina, ahora esas palabras me parecen tan extrañas, todo es excepcional. Paso mi mano con fuerza por mi cara y me detengo, por una fracción se segundos, en los ojos, los presiono llevando mis dedos a la comisura de ellos, pensando ingenuamente que con esa acción puedo agudizar su función, como si aquello sirviera para ver con mayor claridad, como si mis sentidos fueran de fiar, pero al mismo tiempo como tratando de asimilar tal vez esta realidad. Paulatinamente, como presa de un miedo fóbico y casi en cámara lenta, comienzo a abrirlos, esperando no sé qué, los abro y todo está ahí, como contemplándome.
Al finalizar la jornada soy el último en retirarme, nada me apura, recojo todo, lo guardo en mi bolso paulatinamente, miro a mi alrededor, la sala vacía, dirijo mi andar a la salida, con miles de ideas revoloteándome, caminando, vuelvo la mirada hacia la sala, los bancos parecen despedirse, como mudos testigos de un padecer diario, me detengo por algunos instantes en el umbral de la puerta, y se despliega ante mí, todo un mundo, distinto, respiro profundo y una carcajada muda se asoma, sonrío, casi tratando de evadir lo que sucede - y pienso- que increíble sería si todo no fuera más que un sueño, ¡¡qué dulce sería!!, de pronto, un ruido ensordecedor aturde mis sentidos, el reloj son las 06 :40 AM…comienza un nuevo día.


1 comentario:

Bastarda. dijo...

Sabe, nunca pense que eso le pasara o eso pensara despues de cada clases...
Mas de alguna vez pense que salia de la sala como cuando sale de una pieza o del baño... o noseXD

Que bkn que sienta eso amiguito=D
Esta bueno su blogspot=P
Pero no lo he leido todo, asi que ahora tendre otra pagina mas para leer.
Que este bien.

Camilonga=D