lunes, 12 de octubre de 2009

COMPROMISO Y JUSTICIA SOCIAL

“Hay que redescubrir y fortalecer el sentido de fraternidad y respeto hacia las culturas y la manera de vivir de personas que son una riqueza para el país”

Ricardo Ezzati, Arzobispo de Concepción, El Diario de Concepción, ciudad pág. 8,
Domingo 30 de agosto del 2009.

Como eludir la responsabilidad que como sociedad nos queda en la configuración de nuestra identidad, como hacer caso omiso a las determinaciones culturales a las que somos expuestos con la excusa del progreso, del orden social y la democracia. Son tantas las justificaciones frente a la imposibilidad de enfrentar los problemas que como sociedad hemos eludido y acumulado en años de postergación, tratando de resolver lo contemporáneo que a la vez es tan extemporáneo.
¿Quién velará por tanta postergación, quién cautela que este acopio de tareas inconclusas, sean resueltas?. Los acontecimientos que se suman, uno a uno en el conflicto mapuche no son azar ni casualidad, son producto de lo mismo de promesas inconclusas, y soluciones incompletas de una parte de nosotros que reclama ser reconocida. Hace días los jóvenes caminaban, presentaban a la sociedad su interés por reencontrarse en las actividades planificadas en el marco del mes de la solidaridad, pero sin embargo algunos kilómetros más lejos se exacerba la diferencia y la intolerancia, la postergación.

Con el desencanto de la juventud hacia sus líderes, se expresa no sólo la incapacidad de otorgar respuestas a los problemas de hoy, y se hace manifiesto el cortoplacismo de las propuestas políticas, ¿dónde está el compromiso que nos motivo hace no muchos años atrás en función de la recuperación de la democracia, los valores sociales, la justicia social y la defensa de los derechos humanos y de su carácter universal?.Parecemos anularla sumidos en nuestros intereses individuales, así como cuando nos conmovemos con la pobreza, no logramos ver en ello en los hermanos mapuches, indígenas que son nuestras culturas originarias, parecen pasar a segundo lugar.

La epistemología popular, muchas veces nos evidencia el valor de esta sabiduría, enmarcada por la tradición de la ciencia y del conocimiento en el rango de la opinión, sobre todo cuando, en relación a la preocupación por los otros el que la mirada hacia los demás pasa por una mirada piadosa hacia nosotros mismos, cuando expresa que la caridad empieza por casa, y a ratos parecemos olvidarlo y nos dejamos llevar por el torbellino del devenir moderno en política internacional, en macroeconomía o en las diferencias de gasto social durante el próximo gobierno y los problemas que solo cicatrizan la herida, así como fue con las violaciones a los derechos humanos que fueron relegadas al olvido, en una suerte confinamiento de problemas no resueltos que por su lejanía con muchos, se asume superada, no recluyamos la causa mapuche al simulacro de la violencia, el reduccionismo, la superficialidad y el destierro de la memoria.

Ya son muchas las causas perdidas, los fracasos sociales, y los desencantos para sumar un mas a nuestra identidad como nación, la justicia social no sólo se refleja en salarios justos, techo digno para nuestros trabajadores, sino además reconciliación, reencuentro y respeto a lo nuestro de lo que somos parte, si bien es cierto no es posible hacernos cargo de casi 100 años de degradación cultural a las puertas del bicentenario es tiempo de pensar en la riqueza de la integración de un pueblo afligido que clama, como lo señala la declaración de la comisión pastoral mapuche, ser escuchado.

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